Las defensoras y defensores de los derechos humanos en México enfrentan crecientes amenazas por documentar los abusos a los derechos humanos en el país. Nuestra reciente evaluación de necesidades ofrece una visión sobre las realidades, desafíos y oportunidades que enfrentan las y los defensores de derechos humanos, periodistas y testigos presenciales en México mientras documentan y archivan evidencia de violencia e injusticia.
Este otoño, OpenArchive lanzó su asociación con una organización mexicana como parte del programa de Comunidades Descentralizadas de Archivistas (DAC, por sus siglas en inglés). Esta organización emplea datos y tecnología para fortalecer el periodismo y la sociedad civil en México, mientras lucha contra la violencia de género, ayuda en la búsqueda de personas desaparecidas, documenta y preserva evidencia, y aumenta la transparencia y la rendición de cuentas. OpenArchive y su organización asociada completaron la fase de investigación de nuestra asociación en octubre, que mapeó las necesidades, riesgos y amenazas de las comunidades que están grabando, recibiendo y amplificando evidencia de violaciones a los derechos humanos en el país. México es uno de los países más peligrosos para que los periodistas y defensores de derechos humanos operen. Según Human Rights Watch, los periodistas y defensores de derechos humanos “que critican a los funcionarios públicos o exponen el trabajo de los carteles criminales, a menudo enfrentan ataques, acoso y vigilancia por parte de las autoridades gubernamentales y grupos criminales.” El año pasado, una investigación periodística expuso que el ejército, cuyo poder ha aumentado en los últimos años, estaba usando el spyware Pegasus para espiar a rivales políticos, periodistas y defensores de derechos humanos. La policía y el ejército también torturan a los detenidos para extraer información o confesiones ilícitas. Los hallazgos de la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad de 2021 informaron que casi la mitad de los encuestados fueron sometidos a abusos físicos después de su arresto. Cada año, la policía, el ejército y los grupos del crimen organizado “desaparecen” a miles de personas en México. A partir de 2022, 105.000 personas están desaparecidas. Otros problemas clave en el país incluyen altos niveles de violencia de género y feminicidio, violencia militar contra civiles, y abusos dentro del sistema de justicia penal, incluyendo detención preventiva y malas condiciones carcelarias. Muchas de estas violaciones están ocultas o distorsionadas porque el gobierno dificulta que los ciudadanos compartan y accedan a la información pública, bloqueando la conciencia sobre ellas y obstruyendo la justicia. Debido al alto nivel de violación y la falta de acceso a evidencia, hay una creciente necesidad de que testigos presenciales y defensores de derechos humanos puedan documentar, verificar y compartir evidencia de abusos a los derechos humanos. Nuestra encuesta de evaluación de necesidades proporcionó información valiosa sobre los desafíos y realidades que dan forma a las experiencias de quienes trabajan para documentar abusos en México.
Los encuestados enfrentan amenazas tanto físicas como digitales. Los encuestados informaron sobre riesgos de peligro físico si su identidad es expuesta, y riesgos para ellos mismos, sus contactos y medios si sus dispositivos son confiscados. También mencionaron amenazas a la seguridad digital como malware, vigilancia y hackeos. Al profundizar, los encuestados cuyo rol principal era documentar los abusos a los derechos humanos también se preocupaban por la fortaleza y seguridad de su conexión a internet. Los encuestados que principalmente reciben, organizan y analizan materiales indicaron que también enfrentan dificultades para acceder y corroborar la información pública del gobierno. Mientras tanto, los encuestados cuyo trabajo implicaba tanto documentar como recibir medios añadieron que luchan por equilibrar la seguridad con la usabilidad en sus métodos, lo que conduce a flujos de trabajo incómodos.
La conectividad a internet está en expansión en el país. A partir de 2021, el 76% de los mexicanos tienen acceso a internet. La red móvil 5G también está en expansión, particularmente en Ciudad de México. Sin embargo, el acceso a internet es costoso y no está disponible de manera uniforme en todo el país, lo que impide que los residentes de áreas rurales y comunidades indígenas accedan a internet al mismo ritmo que los residentes urbanos o con mayor poder adquisitivo. A pesar del creciente acceso a internet, todavía existen barreras para un entorno en línea abierto. Las autoridades mexicanas intentan influir en las narrativas en línea mediante la eliminación de contenidos que critican al gobierno y amplificación inauténtica de contenidos pro-gubernamentales. En general, hubo una fuerte preferencia entre los encuestados por conectarse a internet utilizando una red Wi-Fi segura, debido al alto costo de los datos móviles. Sin embargo, los encuestados señalaron que, en los casos en los que no podían estar seguros de la seguridad de una red Wi-Fi, preferirían usar datos móviles antes que una red Wi-Fi no segura.
La seguridad personal y la privacidad, tanto en línea como fuera de línea, son preocupaciones principales para los encuestados. A pesar del interés en las herramientas de privacidad, el 95% de los encuestados no usan aplicaciones de mensajería cifrada para enviar o recibir medios. Muchos encuestados tampoco usan redes privadas virtuales (VPN). Con este fin, en octubre de 2023, OpenArchive realizó una pequeña sesión de formación para capacitadores sobre las mejores prácticas archivísticas, habilidades técnicas, seguridad digital y expansión de la capacidad organizativa a través de la aplicación Save.
OpenArchive recibió 20 respuestas a la evaluación de necesidades. La gran mayoría de los encuestados viven y trabajan en Ciudad de México.
OpenArchive está aprovechando los hallazgos de esta encuesta para mejorar nuestras herramientas y hacerlas más adaptativas a nuestras usuarias y usuarios.
Lee sobre las siguientes personas: Gabriela, Diego, Isabella.